Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

31 de enero de 2010

Una realidad...


El milagro de la Iglesia es que ella sobrevive cada domingo a millares de malas homilías.


Frase atribuida al cardenal Ratzinger (sí, sí, el mismísimo Benedicto XVI), y citada hoy por uno de los curas de mi parroquia.

1 comentario:

Víctor M. Fdez. dijo...

Amigo, gracias por este pequeño chiste. ¡Muy bueno!
Personalmente, me sirve mucho más una brevísima explicación de los textos seguido de unos minutos de silencio... Aunque confieso que éste es un tema de continuo debate con un amigo sacerdote. Buena semana!