Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

2 de febrero de 2010

¿Quién es cristiano?

Es un acto que en su plenitud se llama fe-amor-esperanza: fe amorosa que todo lo espera, o amor esperanzado que todo lo cree, o esperanza creyente que ama todo lo que Dios quiere. Es el acto que fundamenta nuclearmente el ser cristiano, y esto nos permite contestar a la pregunta “¿quién es cristiano?”. Cristiano es la persona que vive de la fe (Rm 1, 17), es decir, que ha apostado toda su existencia a una posibilidad que nos brindó Jesucristo, el Hijo de Dios, obediente por todos nosotros hasta la cruz: participar en el sí a Dios, un sí obediente que redime al mundo.

En ese cuerpo que es la doctrina cristiana, todos los miembros reaccionan al encuentro con el prójimo. Todos los miembros duermen exánimes y teóricos en las cubiertas de un catecismo, y todos despiertan y se desperezan cuando la teoría se hace práctica en el encuentro. Un cristiano práctico es alguien al que le acontece esta resurrección de la verdad en la realidad de la vida. Cabe afirmar que ese es el verdadero cristiano practicante. Es el que ama a Jesús y guarda sus preceptos. Practicar significa llevar estos preceptos a la práctica, y sabemos que todos los preceptos de Cristo se inspiran en el precepto del amor. Un día seremos juzgados con arreglo a este único precepto, con arreglo a la práctica del amor activo o a su omisión. Este único precepto determina también si tenemos o no conocimiento de Dios: El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor (1Jn 4, 8). No hay una fe teórica, un ser cristiano teórico.


Hans Urs von Balthasar, “¿Quién es cristiano?”
Ed. Sígueme, 2000; págs 62 y 98

2 comentarios:

Víctor M. Fdez. dijo...

Amigo, visto así ¡ parece tan sencillo !
Y, sin embargo, luego hacemos la realidad muy complicada.
¡Qué necesidad de retornar a las fuentes! ¡Qué bien vienen las palabras frescas y directas del Maestro!

Georges dijo...

Y una condición de más: hacer parte de la Iglesia, el cuerpo sacramental de Jesús.