Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

27 de marzo de 2010

Domingo de Ramos


¡Alégrate mucho, ciudad de Sión!

¡Canta de alegría, ciudad de Jerusalén!

Tu rey viene a ti, justo y victorioso,

pero humilde, montado en un burro,

en un burrito, cría de una burra.

Él destruirá los carros de Efraín,

los caballos de Jerusalén y los arcos de guerra.

Anunciará paz a las naciones.

(Zacarías 9,9-10)

26 de marzo de 2010

Viernes de dolores


En tiempos hoy era el día de Nuestra Señora de los Dolores: la Semana Santa se iniciaba así en compañía de esta madre que ve morir su Hijo. María, sin comerlo ni beberlo, ve su destino y su vocación estrechamente unidos a las de Jesús,.. y sin comprender nada de nada de lo que pasaba. Su puesto era estar al lado de, hasta el momento de recibir el cuerpo muerto de su Hijo, pasaje obligatorio antes de la alegría de la resurrección. Aquí está la grandeza de Maria de Nazareth: saber estar donde Dios la esperaba.

Con ella os dejo estos días. Dejemos un poco de espacio al silencio y a la acción de gracias esta semana: si Cristo ha muerto y resucitado es por todos y todas; nadie, absolutamente nadie ,está excluido.

Así que me voy a callar un poco. Estos días cedo el lugar a la Palabra de Dios y a los artistas que han intentado hacernos ver el gran amor de Dios.

25 de marzo de 2010

Divina humanidad

El hombre fue -y es- creado a imagen y semejanza de Dios...




...ahora es Dios quien se hace hombre.


No despreciemos en nombre de Dios nada propio al hombre: eso sería despreciar al mismo Dios. Permanezcamos más bien en la acción de gracias a este Dios que está loco de amor por cada uno de nosotros. No en abstracto, por favor, sino en nuestras vidas concretas es donde nos busca y nos ama el Señor.

22 de marzo de 2010

Católicos inmorales

El otro día, mirando las estadísticas de este blog, me quedé sorprendido al encontrarme con esto: alguien había llegado al Frasco de alabastro buscando las palabras “católicos inmorales”. Bueno, no es la primera vez que me dicen algo similar… Y reconozco que no estoy muy ducho en cuestiones de moral fundamental.

De todas formas hay una cosa clara: hay personas que creen que homosensible es sinónimo de inmoral. Hay otra cosa que está clara, y es que nadie vive en la perfección moral. Vaya, que la inmoralidad es patrimonio de la humanidad, y no sólo de una clase de personas, por mucho que haya quienes no quieran o no puedan verlo.

En fin, gracias a Dios que nos queda El y su Palabra, como aquella del domingo pasado…

P/S: y no sé si el que buscaba “católicos inmorales” encontró lo que quería…

20 de marzo de 2010

5 domingo de Cuaresma

Del evangelio según san Juan (8, 1-11)

En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron:
- Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?
Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:
- El que no tiene pecado, que le tire la primera piedra.
E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó:
-Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?
Ella contestó:
- Ninguno, Señor.
Jesús dijo:
- Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.

¿Qué queréis que diga? Esta escena es tan locuaz, que temo tocarla con mis palabras. Tan sólo decir que en mi oración esta semana voy a pedir para que todos en la Iglesia conozcamos un poco mejor la increíble misericordia de este Dios que nos ama con locura.

13 de marzo de 2010

4 domingo de Cuaresma

Del evangelio según san Lucas (15,1-3. 11-32)

En aquel tiempo, solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos: "Ese acoge a los pecadores y come con ellos". Jesús les dijo esta parábola:

- Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte que me toca de la fortuna. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente.
Cuando lo había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer. Recapacitando entonces, se dijo: "Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo: trátame como a uno de tus jornaleros."
Se puso en camino adonde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco Ilamarme hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: "Sacad en seguida el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo; celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido , y lo hemos encontrado. Y empezaron el banquete.
Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la casa, oyó la música y el baile, y Ilamando a uno de los mozos, le preguntó qué pasaba. Este le contestó: "Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero cebado, porque lo ha recobrado con salud." El se indignó y se negaba a entrar; pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y el replicó a su padre: "Mira: en tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas el ternero cebado."
El padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo: deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado."


El problema de ciertos pasajes del evangelio es que son tan conocidos que los escuchamos sólo con una oreja o los leemos rápidamente diciendo “ah, sí, ya lo conozco...” Este parábola de los dos hijos, además de hablarnos del perdón, del arrepentimiento y del orgullo, nos habla también de nuestra identidad profunda: somos hijos e hijas de Dios, y esto incluso –me atrevo a decir- a pesar nuestro.

7 de marzo de 2010

3 domingo de Cuaresma

Del evangelio según san Lucas (13, 1-9)

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó:
- ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola:
- Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde? Pero el viñador contestó: Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortarás.


Hoy dejo la voz a Francine Carrillo, teóloga y pastor protestante en Ginebra:

Una represión sangrienta llevada a cabo por Pilato, el desplome de una torre en un barrio de Jerusalén… ¿La desgracia ha tocado de verdad a inocentes? Se prefiere pensar que las víctimas tenían una deuda que pagar. Pero Jesús hace cambiar las mentes: ¡no ellos, sino vosotros! Lo que importa de verdad no es el porqué de la muerte sino nuestro avenir de vivos. La invitación es dejar de lado nuestra sed de explicaciones para cuestionarnos sobre nosotros mismos. los muertos ya no tienen la posibilidad de corregirse y cambiar, pero nosotros… la conversión de la que habla Jesús nos ofrece une nueva frescura.

4 de marzo de 2010

Delante

Estos días he leído una entrevista hecha al prior del monasterio benedictino de Clerlande (Bélgica), fr. Jean-Yves Quellec. Os traduzco el final de la entrevista:

Dicen que ser discípulo de Jesús consiste en seguirle, y es cierto. Discípulo es aquel que camina sobre los pasos del Maestro después de haberle escuchado. Pero Jesús ya no está presente como lo estaba sobre los senderos de Galilea. Ya no está físicamente hoy entre nosotros para decirnos sígueme. Cuando después de la resurrección él se aparece a sus amigos, no les dice seguidme, sino ¡id! Cristo me envía a esos lugares a los que El irá en su momento para hacer su misión. Nosotros somos precursores, nuestra misión es todavía la de Juan Bautista. ¿Sabes? Voy a hacerte una confesión: nunca he sido un buen seguidor de Jesús, me equivoco de camino, doy rodeos, me cuesta mantener el tipo. Entonces, cuando Cristo me llama, yo voy delante de El, como un perrillo que corre delante de su amo y que derrapa de alegría en todas las curvas. Creer es esto: escuchar la llamada, lanzarse, tomar la delantera. Correr delante del Maestro hacia los hombres para anunciarles su próxima visita. Vivir la fe como una aventura.
(Revista “Panorama”, n° 463, pag 18)


Leyendo estas líneas pensé que quizás esta sería una de las características de nuestra vocación: ir delante, preparar nuevos caminos para el Señor, caminos completamente inauditos y sorprendentes que pueden provocar más de una reticencia, y temor. Pero el Espíritu sopla donde quiere… Es cuestión de oír Su voz, y responder a sus invitaciones con sencillez, sin aspavientos, como un perrillo...