Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

25 de diciembre de 2010

Aleluya



¡Aleluya,
porque reina el Señor Todopoderoso!
Ha llegado al mundo
el reinado de nuestro Señor y de Su Ungido;
Él reinará por los siglos de los siglos,
Rey de reyes, Señor de señores. ¡Aleluya!

24 de diciembre de 2010

La buena noche

Porque un Niño nos ha nacido,
un Hijo nos ha sido dado;
el poder reposa sobre sus hombros,
y su Nombre significa
Maravilloso, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de la Paz.

(Is 9, 6)




Y este Consejero no puede hablar todavía, este Dios fuerte está envuelto en lienzos y pañales, este sobre cuyos hombros reposa el poder es un bebé… Espero que algún día llegaremos a comprender la profundidad del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios.

Que la Paz abunde en nuestro interior, y que seamos capaces de compartirla a nuestro alrededor. ¡Feliz Navidad!

15 de diciembre de 2010

Consolad a mi pueblo

El Adviento es un tiempo litúrgico demasiado corto para la complejidad que conlleva: lo empezamos con una esperanza de la Segunda Venida del Señor, esa que pedimos en la liturgia eucarística justo después de la consagración. Pero enseguida basculamos a la venida histórica de un Dios hecho hombre, y que nace en un establo en Belén. Hay, sin embargo, otro aspecto: la venida de Cristo Jesús en la vida cotidiana de cada creyente. Así, estas palabras de Isaías, puestas en música por el genio de Haendel, no pierden ni un ápice de actualidad:



Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.
hablad al corazón de Jerusalén,
y decidle bien alto
que ya ha cumplido su esclavitud,
que su falta ha sido expiada,
Una voz clama: “En el desierto
abrid el camino al Señor,
trazad en la estepa una recta carretera
a nuestro Dios.
Que todo valle sea elevado,
y todo monte y cerro descendido;
que lo abrupto se vuelva llano
y planicie las asperezas.
(cf Is 40, 1-4)

13 de diciembre de 2010

Cosas del Amor


Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

S. Juan de la Cruz
Noche Oscura, estrofa 8

7 de diciembre de 2010

Compañera de ruta


Reconozco que cuando era crío tuve que soportar una serie de discursos sobre la Virgen Maria que tuvieron el efecto contrario al deseado, y así nunca he sido “marial”. Los famosos “privilegios” de María, entre ellos el de su concepción inmaculada, me la alejaron más que otra cosa. Y, sin embargo…

Todo lo que ella ha recibido ha sido en vista de la misión que recibe de Dios. No es para hacerla más bonita, ni más maja, ni hacer de ella una especie de minidiosa de bolsillo. En tanto que misión completamente particular (ser madre de Dios, ¡nada menos!) recibe dones completamente particulares. Eso no quita que las tuvo que pasar canutas, y que tuvo que sentirse sobrepasada por los acontecimientos, y por esta misión a la que fue llamada, a la que respondió fielmente.

Y es un poco como cada uno de nosotros: cada don recibido (y, personalmente, así vivo yo mi homosensibilidad) es para el bien de los otros. Aunque no comprendamos nada, aunque eso nos las haga pasar canutas en algún momento… Ahí podemos mirar a Maria, “espejo del Amor de Dios”, compañera de ruta en nuestro camino de vida.