Te pedimos, Señor, por todos los ignorados
que nadie nunca va a amar,
que no amarán a nadie,
que sólo tendrán del amor
una visión ajena,
y que sólo mirarán al amor
con indiferencia.
Te pedimos, Señor, por todos aquellos
que aman de verdad el amor
sin poder nunca vivirlo,
y por todos aquellos que sienten
todavía más el dolor de su soledad
o el sufrimiento del abandono,
cuando ven desde fuera
el amor de los otros hombres
que se dilata en torno a ellos
sin que nunca los envuelva.
Señor, te pedimos por ellos:
dales el ser amados,
de cruzar el camino de un amor
que dé a sus vidas el impulso creador
que les llevará a Ti.
François Chagneau
(Revista Prier, n° 322)
(Revista Prier, n° 322)
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