Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

7 de marzo de 2010

3 domingo de Cuaresma

Del evangelio según san Lucas (13, 1-9)

En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
Jesús les contestó:
- ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.
Y les dijo esta parábola:
- Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde? Pero el viñador contestó: Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortarás.


Hoy dejo la voz a Francine Carrillo, teóloga y pastor protestante en Ginebra:

Una represión sangrienta llevada a cabo por Pilato, el desplome de una torre en un barrio de Jerusalén… ¿La desgracia ha tocado de verdad a inocentes? Se prefiere pensar que las víctimas tenían una deuda que pagar. Pero Jesús hace cambiar las mentes: ¡no ellos, sino vosotros! Lo que importa de verdad no es el porqué de la muerte sino nuestro avenir de vivos. La invitación es dejar de lado nuestra sed de explicaciones para cuestionarnos sobre nosotros mismos. los muertos ya no tienen la posibilidad de corregirse y cambiar, pero nosotros… la conversión de la que habla Jesús nos ofrece une nueva frescura.

1 comentario:

Víctor M. Fdez. dijo...

Querido Hermano; es muy útil esa reflexión porque es fácil buscar explicaciones a las catástrofes de Haití, Chile, Turquía... y sacar falsas conclusiones. Mientras, nos olvidamos de cambiar nosotros y sigo pasando por delante del vagabundo que siempre está en mi calle sin darle unas monedas :-(