Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

7 de octubre de 2009

Doble exilio

Creo que esto es una realidad que se puede hacer muy presente en nuestras vidas de homosensibles cristianos. Por un lado, el “exilio” al que nos pueden condenar nuestras respectivas iglesias, con más o menos severidad, en nombre de una moral aséptica y abstracta. Por el otro, el exilio generado por nuestro entorno lgbt: ser creyente en el ambiente homo no está de moda, y ahí arriesgamos tener que soportar ciertas miradas de conmiseración, cuando no claramente el desprecio o la acusación de ser incoherentes.

No somos “políticamente correctos”, ni en un sitio ni en el otro. Esto –sin duda, y hablo por experiencia- es fuente de sufrimiento. Estamos con un pie en cada lado, sin saber muy bien a dónde ir o qué hacer. Corremos el riesgo de asfixiar nuestra vida de fe, o bien de ocultar nuestra afectividad, de hacer como si no existiera. Y esta carga no es fácil de llevar.

Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón. (Mt 11, 28-29)


De entrada, una constatación: en este exilio no estamos solos, y gracias a internet y otros medios de comunicación podemos sabernos acompañados. Segunda constatación: Cristo no nos manda al exilio; al contrario, viene a buscarnos. Nos enseña que cada uno de nosotros es amado con un amor de predilección, y que este exilio puede ser para nosotros fuente de vida, y algo fecundo para los otros. Nos enseña a ser nosotros mismos, siempre y en todo lugar.

... Y sobre la humildad ya hablaré otro día, que la pobre tiene muy mala prensa ;-)

2 comentarios:

Mudejarillo dijo...

Hermosa reflexión que nos hace ver cual ha de ser nuestro objetivo. ser testigos del amor de dios hacia nosotros...y hacérselo saber a las iglesias y la la comunidad LGTB.
Gracias

Oscar (.teri) Triano dijo...

Sin duda tiene tela que un grupo te rechace por una condición y teniendo esa condición el otro grupo te rechace por tener otra condición que el primer grupo no rechaza. Un cacao lo que he escrito, sí.
Aquí es o blanco o negro, no gris. La culpa de esto es de los usurpadores homofóbicos y además viendo que un homosexual o lesbiana es creyente no les entra en la cabeza porque ellos han sido rechazados por la misma iglesia católica "no cristiana". Es triste porque los fachas estos disfrazados de "cristianos" usan la religión cristiana para justificar su odio. En verdad no quieren a las personas, hay muchas personas que son estigmatizadas por su orientación y ni se preocupan en conocer a las personas mismas y se basan en estudios seudocientíficos para repetir mecánicamente que si son causados por un trauma, que si eran abusados, que si blablabla, y cada persona es un mundo y estoy hasta el moño -_- de esto. Vosotros también y muchas más. Y antes se usó la biblia también para justificar que parejas de distintas razas no se podía casar. Esto también será cuestión de tiempo.