Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

7 de noviembre de 2009

32 domingo del Tiempo Ordinario

Del evangelio según san Marcos (12, 38-44)
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia mas rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acerco una viuda pobre y echo dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo:
«Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas mas que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»


Invitación no sólo a la generosidad, sino también a la simplicidad y a la verdad. Sólo podemos dar (y darnos) desde la verdad de nosotros mismos, desde nuestra gran o pequeña riqueza. Ninguna critica podrá desestabilizarnos si nuestras acciones son el reflejo de la profunda verdad de nosotros mismos…

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