
En tiempos hoy era el día de Nuestra Señora de los Dolores: la Semana Santa se iniciaba así en compañía de esta madre que ve morir su Hijo. María, sin comerlo ni beberlo, ve su destino y su vocación estrechamente unidos a las de Jesús,.. y sin comprender nada de nada de lo que pasaba. Su puesto era estar al lado de, hasta el momento de recibir el cuerpo muerto de su Hijo, pasaje obligatorio antes de la alegría de la resurrección. Aquí está la grandeza de Maria de Nazareth: saber estar donde Dios la esperaba.
Con ella os dejo estos días. Dejemos un poco de espacio al silencio y a la acción de gracias esta semana: si Cristo ha muerto y resucitado es por todos y todas; nadie, absolutamente nadie ,está excluido.
Así que me voy a callar un poco. Estos días cedo el lugar a la Palabra de Dios y a los artistas que han intentado hacernos ver el gran amor de Dios.
Así que me voy a callar un poco. Estos días cedo el lugar a la Palabra de Dios y a los artistas que han intentado hacernos ver el gran amor de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario