Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, muy caro; rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús… (Mc 14, 3-9)

Jésus se trouvait à Béthanie, chez Simon le lépreux. Pendant qu'il était à table, une femme entra, avec un flacon d'albâtre contenant un parfum très pur et de grande valeur. Brisant le flacon, elle le versa sur la tête de Jésus... (Mc 14, 3-9)

30 de enero de 2010

4 domingo del Tiempo Ordinario

Del evangelio según san Lucas (4, 21-30)

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír». Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: « ¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: Médico, cúrate a ti mismo; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm.» Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.


Si bien Jesús anunciaba nada menos que la Buena Nueva (ver domingo anterior), parece que a sus paisanos eso les daba igual, y que lo que querían ver era el espectáculo de los prodigios. Vaya, esa es una manera de querer apropiarse de Dios, algo que también se llama idolatría, o magia. El gran prodigio se producía delante de sus ojos (como ahora): Jesús sigue anunciando la Buena Nueva, y estamos asociados con El para esta tarea. Claro que sería muy fácil un milagrito y que desaparezcan las violencias homofóbicas en nuestras iglesias y en nuestro mundo; el milagro es que nosotros podemos –y debemos- trabajar por ello en el Espíritu del Señor.

2 comentarios:

Víctor M. Fdez. dijo...

Querido amigo; gracias por este comentario del Evangelio que me sirve para reflexionar. Hoy, como cada sábado final de mes, tendremos Eucaristía en CRISMHOM, gracias a un buen sacerdote que nos comprende bien, anima espiritualmente y acompaña. Me acordaré de ti, en la Acción de Gracias. No nos olvides, amigo, en tus oraciones. Con afecto,

Manuel, hermano de la Communion Béthanie dijo...

Tomo nota, Victor, de vuestros encuentros el ultimo sabado de mes, para unirme a vosotros a pesar de la distancia. Animo! Besos:
Manuel